Ubicado en la zona norte del país, el Cantón de Sarapiquí es el número 10 de la Provincia de Heredia.
A pesar de su reciente denominación como cantón, el 18 de noviembre de 1970 durante la segunda administración de don José María Figueres Ferrer, su historia se remonta a la época precolombina, en la que ya se menciona al Río Yori, nombre con el que lo conocieron los indios Votos, indígenas que habitaron estas ricas llanuras. Según el escritor e historiador costarricense Carlos Gagini, su traducción al español es Siripiquí.
Su colonización se vio determinada por el deseo, primero de los españoles y luego del país, de abrir una vía de acceso hacia el río San Juan por la parte norte del país, y para 1915 Sarapiquí aparecía como un distrito del cantón de Heredia.
Su principal poblado, hoy cabecera del cantón, que se conocía con el nombre de Sarapiquí, tomó el nombre de Puerto Viejo.
Ya convertido en un importante punto de acceso, pues por el río ingresaban al país barcos procedentes de Europa, en 1856 juega un papel determinante en la defensa de la soberanía nacional cuando, el 10 de abril, el ejercito filibustero al mando de William Walter ingresa al país por esta vía y es repelido en la batalla de Sardinal, razón por la que fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Colinda con la Reserva Forestal Cordillera Volcánica Central, de la que parte de ella se encuentra dentro del cantón, la Reserva Nacional de Fauna Silvestre Barra del Colorado, el Parque Nacional Braulio Carrillo y la Reserva Biológica La Selva.
Aunque tradicionalmente sus principales actividades giraron en torno a actividades agropecuarias como el café, maíz, cacao, cardamomo, cítricos, banano, palmito, árboles frutales y la ganadería, en la actualidad el cultivo de la piña se perfila como una de sus principales actividades y crece una emergente industria turística atraída por su exuberante naturaleza, el bosque lluvioso y la amabilidad y cordialidad de sus pobladores. El cantón muestra un desarrollo vinculado especialmente al ecoturismo y el turismo científico. También ofrece turismo de aventura, aprovechando los rápidos de los ríos que permiten actividades de canoas, kayaks y botes inflables. En las márgenes más bajas del río Sarapiquí se han empezado a desarrollar los recorridos hacia el río San Juan, Barra del Colorado y Tortuguero.
Río Sarapiquí: Una de las principales atracciones, tiene una longitud de 85kms. Nace en el antiguo cráter del Volcán Poás y recorre los afluentes como Río Sucio y Río Puerto Viejo. Desciende hasta El Brujo que es un atractivo para los amantes de la navegación en los rápidos. Se puede observar hermosas aves, monos, iguana, perezosos, tortugas de río y una bella y densa flora.
Parque Nacional Volcán Poás: Se encuentra sobre la Cordillera Volcánica Central. Creado el 25 de enero de 1971, su extensión es de 5.600 hectáreas. Posee hábitats como el bosque achaparrado, áreas de escasa vegetación, arrayanes y bosque nuboso. Se obvervan plantas epífitas como musgos, helechos, bromelias y orquídeas.
Parque Nacional Braulio Carrillo: Ubicado en la Cordillera Volcánica Central, entre los macizos del Poás y el Irazú. Creado el 5 de abril de 1978, su extensión es de 45.899.2 hectáreas; va desde el Alto de la Palma hasta la Estación Biológica de la Selva de Sarapiquí. Nombrado así por el Benemérito de la Patria, Lic. Braulio Carrillo, tercer Jefe de Estado de Costa Rica (1835-37 y 1838-42) quién realizó los primeros esfuerzos por crear una ruta entre el Valle Central y la costa Atlántica.
Reserva Biológica La Tirimbina: Se dedica a la educación e historia natural. Su extensión es de 350 hectáreas de bosque tropical lluvioso y para llegar ahí se debe cruzar un puente colgante (el más largo de Costa Rica) que se encuentra sobre el Río Sarapiquí. Se observan martines pescadores, cormoranes y nutrias.
Otra atracción inolvidable es un sistema de senderos, entre los que se destaca el que es atravesado por un puente de 32 metros de altura, desde donde se pueden observar las copas de los árboles de gran cantidad de las especies de flora y fauna del bosque.
Se han identificado 79 especies de aves, entre ellas el escarchero, el quetzal, la reinita garganta de fuego, la pava negra, el tucancillo verde y varias especies de colibríes. Los mamíferos no son abundantes en las tierras altas del parque, aunque se encuentran coyotes, comadrejas, conejos, zorrillos hediondos y algunos felinos.
Presenta gran diversidad de fauna y flora. Su rica avifauna se ve representada en casi 515 especies entre aves residentes y aves migratorias. Se observan el rey de los zopilotes, el pájaro sombrilla, el jilguero y el quetzal. Entre las especies de mamíferos encontramos a los monos cariblanco, colorado y aullador, la danta, el puma, el jaguar, el zaino, el oso colmenero, la martilla, el cabro de monte, la guatusa y el coyote. También es refugio de especies en vías de extinción como el pavón y el tepezcuinte. Las ranas, reptiles y sapos son abundantes.
El paisaje está constituido por altas montañas densamente cubiertas de bosques e innumerables ríos. Su topografía irregular y la alta precipitación, unos 4.500 mm por año, dan lugar a la formación de infinidad de cascadas. La vegetación es la de un bosque “siempre verde”, de gran densidad y complejidad florística. Presenta variaciones conforme varían las condiciones ambientales, topografía, drenaje, temperatura, nubosidad y precipitación.
Los bosques más altos y de mayor riqueza en especies se encuentran en las partes más bajas, en las partes más altas y quebradas los árboles son más bajos y deformes y el número total de especies es menor. La mayor parte del parque está cubierto por un bosque primario, en el que existen unas 6.000 especies de plantas que representan la mitad del total de especies de todo el país. El manú, caoba, roble, caobilla y gavilán son abundantes. En las partes altas la flora es característica del bosque nuboso, encontrándose especies conocidas como el ciprecillo, el candelillo, el roble blanco y el cedrillo.
Para llegar a la zona, a menos de 100 Km de la ciudad capital, existen 3 rutas principales: